Las orejeras son elementos del acerado que se supone ayudan al peatón a cruzar de forma más fácil y segura. En Ciudad Real ocurre con frecuencia que en absoluto cumplen su función. A la hora de su realización no se tiene en cuenta el alcantarillado: se cambia la pendiente de la calzada, se eleva la alcantarilla por encima de su recogida, se ponen obstáculos tales como contenedores, alcorques, buzones en su recorrido, se eliminan escalones con rellenos que actúan de rampa... ¡y de presa!
Al agua no se le deben poner obstáculos, y cuando se quiere eliminarlos, hay que intentar que el agua no se convierta en uno de ellos. Si tal cosa ocurre, ni orejetas ni pasos de cebra, ayudan a que el cruce no sea ni seguro ni fácil. ¡Habrá que tenerlo en cuenta!
Loreto Holgado de Frutos
Bien visto... Esto sucede cuando se incorporan orejas en calles con aceras antiguas en las que el agua corre junto al bordillo, y por tanto, la oreja, corta el itinerario del agua. Por eso en las zonas zonas nuevas, se suele hacer correr el agua por caces entre la calzada y el aparcamiento. A ver si alguién encuentra un caso... CORONADO
ResponderEliminarEl caso de el agua que corre en un cauce entre la calzada y el aparcamiento lo podemos encontrar en la Calle Rosalía de Castro, que para quien no se oriente, está el hotel Doña Carlota haciendo esquina.
ResponderEliminarMañana intentaré acercarme y hacerle una foto.
Elena Hernández