Las alineaciones de las fachadas son algo que siempre han preocupado a los urbanistas. Sin embargo en Ciudad Real se ven medianeras por todas partes.
Cuando inicialmente existe una alineación, y tras un plan de urbanismo definen una distinta, pueden ocurrirle tres cosas al edificio:
1. obligarle a que se retranquee, añadiéndole en altura lo que le ha quitado en superficie. Lo que normalmente se hace.
2. Permitir que el edificio siga en su lugar, pues fue construido de acuerdo a la normativa del momento, y no es suficientemente antiguo para su acomodo a la nueva situación.
3. solucionarlo con una especie de cuña, como ocurrió en la calle de la Cruz.
Cuando inicialmente existe una alineación, y tras un plan de urbanismo definen una distinta, pueden ocurrirle tres cosas al edificio:
1. obligarle a que se retranquee, añadiéndole en altura lo que le ha quitado en superficie. Lo que normalmente se hace.
2. Permitir que el edificio siga en su lugar, pues fue construido de acuerdo a la normativa del momento, y no es suficientemente antiguo para su acomodo a la nueva situación.
3. solucionarlo con una especie de cuña, como ocurrió en la calle de la Cruz.
También es cierto que la última solución no es lo normal. Se trataba de retranquear un edificio protegido, por lo que se “inventaron” una nueva alineación evitando el retranqueo. ( ¡ que digo yo…! ) . Es una pena no tener el antes y el después, porque apenas se aprecia en la foto.
Puesto que parece inevitable la existencia de estos elementos no embellecedores y molestos para el tránsito peatonal, su utilidad queda para colgar publicidad, carteles informativos, o en el peor de los casos: graffiti (unos más agraciados que otros) y como no: también sirven de “baños públicos”.
Loreto Holgado de Frutos
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